15 ago 2008

Recordando desgracias


Asi es como queía quedar....

Pues leyendo el blog de Marce, recordé un episodio horripilante de mi vida:

Yo tenía 17 años y siempre pero siempre me gustó el pelo ondulado. Yo miraba a las chicas que lo tenían y me parecía espectacular, mientras mi pelo lacio y grueso siempre me pareció sin ninguna gracia. Bueno, llega el dia del matrimonio de una de mis primas y como había juntado algo de dinero de algunos trabajitos decidí invertirlo en mi tan ansiada cabellera. Me fui a la peluquería del barrio, una cualquiera pero que la chica que atendía juraba que trabajaba en un famoso salon en el barrio mas lindo de Lima. Pedí que me ondularan el pelo pero de una forma suave, cosa que me queden ondas en el pelo, muy naturales.
La chica, comenzó la labor, me puso los ruleros, después un liquido que olía horrible, y a esperar... Mientras tanto habían llegado otras clientas (pues era sabado) y ella las comenzó a atender.
Había pasado como una hora y de repente la chica, que estaba peinando a una clienta, se voltea como para buscar algo y se da cuenta que yo estoy sentada. Puso una cara cuando me vio que inmediatamente supe que había pasado algo muy malo. Me sentó al toque en una silla de lavado y comenzó a enjuagarme la cabeza, con mucha agua. Luego, me sentó frente al espejo y me comenzó a sacar los ruleros. Cuando salió el primero mi pelo automaticamente se pegó al craneo, era un rulo menudo y apretado, como de tribu africana!!!
Obviamente me quedaba horrible, porque mis facciones no tenían ninguna relación con el cabello, parecía una peluca. Yo no sabía que hacer, la chica trato de enjuagarlo mas, y luego comenzó a peinarlo, y alisarlo con el secador (en ese tiempo no había planchita). Despues de una hora de estar peinando el cabello, recién pude verme un poco como yo. Salí de la peluquería re apurada porque ya se había hecho tarde para el matrimonio.
Pues cuando llegué a la fiesta, ahí me estaba esperando toda la familia y me pare al frente de ellos y no me reconocieron!! Tardaron un monton para darse cuenta que era yo y lo primero que me dijeron fue: "¿Qué diablos te hiciste?" Todos, absolutamente todos, me recomendaron pasar por la peluquería lo mas pronto posible.
Lo peor de todo es que con un daño tan fuerte como el que habia sufrido mi pelo no podía hacerme un laceado o algo por el estilo y los rulos eran tan chiquititos que era imposible cortarlos sin hacerme un hueco.

Ese semestre me toco ir a la universidad con sombrero, todo el semestre!!

... y asi es como quedé!


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