Yo no soy una persona deportiva, al menos no en mi vida pasada (lease Perú y Argentina). Ahora ya no sé como calificarme, pues luego de una fractura de humero por esquiar a excesiva velocidad no se puede decir que una no practica deportes. En mi familia, donde el único deporte es la empinación del codo para comer, ya me consideran practicante de deportes de alto riesgo y candidata a la capitanía de la selección peruana de esquí (no existe creo).
Desde que me mudé a Noruega y gracias a mi persistente esposo he comenzado a exigir a mi cuerpo muchísimo más de lo que cómodamente estaba acostumbrada. El hecho de caminar a todas partes y la inexistencia de la palabra taxi en el vocabulario de Trygve fue el primer paso. Luego me compré una bicicleta, pues en esta ciudad no llegas a ninguna parte (o llegas siempre tarde) sin bici. Claro, no contaba con la astucia que en Trondheim no hay mas de tres cuadras planas asi que todo es de subida y bajada, con bici, tormento total al principio. Ahora ya estoy mas acostumbrada y me recorro toda la ciudad, aunque llego medio sudada a algunas metas :(
Con el invierno vino la nieve y con la nieve el esqui. Trygve ni siquiera me consultó, simplemente se apareció un dia con mis nuevos esquis. Es imposible decirle que no. Asi que comencé a esquiar primero casi a rastras y luego mas dignamente. Quiero señalar que el esqui tradicional noruego no es ese que uno ve en la tele tan divertido que va montaña abajo y que, aparentemente, requiere minimo esfuerzo. No, el esqui noruego es para arriba y para abajo, no tiene tanta pendiente como el otro, pero si puede durar todo el dia, exigiendole a las piernas y a los brazos tanto que es imposible que al dia siguiente no te duelan todos los musculos al reir.
El esquí divertido, conocido como "slalom" o "down hill" no es tan divertido realmente. Lo probé cuando ya sabía esquiar el estilo noruego, pero no tuve éxito. Las botas que se usan para este tipo de esquí pesan varios kilos cada una y yo no podía levantarlas del suelo, osea caminaba como sombi por toda la pista. Luego los ascensores para subir a la montaña, no son esas sillitas lindas de la tele. Son unas cuerdas con un plato en un extremo, que te tienes que poner entre las piernas y conservar el equilibrio todo el camino hacia arriba. Si te caes, mueres (si eres como yo, claro). Al llegar a la cima de la montaña tienes que desprenderte de la cuerda y esquiar inmediatamente, pues atras vienen muchos mas que bajarán en el mismo lugar en el que estas parada. Obviamente yo me tuve que arrastrar y recibir algunos golpes de esqui. Pero lo peor de todo es esquiar de bajada. Fue imposibleeeeeeee. Se supone que tienes que esquiar en zig zag para no agarrar tanta velocidad, pues como es montaña si te chocas con un arbol a alta velocidad te podes matar (ya se enteraron de la actriz esposa de Liam Neeson??). Pero para hacer el zig zag tienes que girar en una sola pierna, con todo el peso de tu cuerpo, en bajada y con velocidad. Desastre total!!! La solución fue que Trygve me pusiera entre sus piernas (siiiii, yo soy bajita y el es alto) como a los niños y me guiara todo el camino montaña abajo. Si él no hubiera hecho eso, tengan la seguridad que hoy no estaría escribiendo este blog. O quizas me hubiera quedado a vivir en la cima de la montaña para siempre.
En el invierno una amiga me convenció para meterme en clases de yoga... no es lo mio definitivamente. En primer lugar ser la mas gordita de la clase no es nada lindo. A pesar de ser la clase de principiantes, TODAS podían hacer posiciones y equilibrios igual que la profesora, yo era la única que se ladeaba, se caía y me reía de mi misma. Y para terminar, se usan 15 minutos de la clase para la meditación, todas se recuestan en las colchonetas, cierrarn los ojos, respiran, la profesora comienza a canalizar la energía, habla habla y habla.... en trondersk (dialecto de Trondheim)!! yo no entendía nada, asi que me dormí... Duré 7 clases y no pude mas.
Otro de mis fracasos fue la escalada en piedra... pobre ilusa de mi.
Lo que si me ha encantado, casi hipnotizado, es la pesca. No se si sea un deporte, pero me gustaría considerarlo asi, pues requiere cierta destreza. La practico desde el primer día que llegué a Noruega y no deja de sorprenderme. Siempre hay algo que aprender y las recompensas van directamente a la sarten :) El finde pasado Trygve yo nos fuimos de campamento. Agarramos las bicis y la carpa, nos metimos a un barco, llegamos a una gran isla, la cruzamos en bicicleta montaña arriba y montaña abajo y pescamos. Sensacional, volvimos al dia siguiente exhaustos pero felices. Las fotos son de este paseo.