No te asombres, cuando llegues a Noruega, escuchar esos sonidos que nosotros prohibimos a nuestros niños. Andando por la calle escucharás que la gente aspira sus mocos como si estuvieran mascando chicle. Una cosa normal! No importa si es de dia o es de noche, si estan solos o acompañados, si es una linda oficinista o un camionero fortachón. La aspiración mucosa no repara en esos detalles, a todos les cae.
Luego de la primera indignación, comprenderás que generalmente hacerlo es inevitable. Tu mismo, caminando en un ambiente de -10 grados, con abrigo, gorro, bufanda y unos guantes extra gruesos, te verás forzado a hacerlo pues la nariz no es la misma que cuando respirabas el aire tibio de tu ciudad. Y sacarse los guantes, abrir el bolso, buscar el pañuelo y sonarte la naríz será una misión épica.
Todos esos sonidos serán parte de la rutina, hasta que un día, lo escucharás dentro de algún edificio, en el shopping, en la oficina y no comprenderás que pasa, pues el termometro marcará temperaturas confortables y no habrá ni gorro, ni bufandas, ni gruesos guantes. ¿Es que acaso el frio no era la verdadera razón?